Sinopsis:
“Fuimos cinco, los Tutti Frutti. Digo
que fuimos cinco, y aún lo somos. Porque no ha pasado lo que podría pasar, si
es cierto que ocurre. A partir un crimen verídico, Laura Restrepo ha construido
esta ficción. Los personajes que en ella figuran no existen fuera del mundo
imaginado. Pero la tragedia de la víctima es brutalmente real. Página tras
página se va revelando el oscuro andamiaje que pudo haber detrás, hasta llegar
al brillante y ostentoso mundo de los Tutti Frutti, cinco hombres jóvenes de la
clase alta bogotana, vinculados entre sí desde la infancia por una hermandad
juguetonamente perversa y levemente delictiva. A lo largo de sus vidas
cotidianas se va prefigurando, inexorable como un sino, el camino que conduce a
esta transgresión intolerable, esta suerte de anuncio de Armagedón que hará estallar
la resignación y la conciencia de todo un país. Los Divinos es un
extraordinario ejercicio de comprensión y reinterpretación de los hechos. Un
relato recóndito, vertiginoso y profundamente perturbador contra el
feminicidio. En esta novela, la autora trasciende el crimen narrado para
llegar, a través de él, hasta los recovecos más oscuros de toda una cultura.”
Debo empezar diciendo que esta
reseña la saco de una agendita que usé un tiempo para escribir mis opiniones
sobre los libros que iba leyendo y aprovecho este momento para actualizar el blog,
con las reseñas que incluí ahí. Aunque, a decir verdad, a pesar de que esta
reseña ya tiene algún tiempo, mi opinión respecto de este libro sigue siendo la
misma.
Nunca había leído un libro de Laura
Restrepo, autora colombiana bastante reconocida y renombrada. La verdad en
algún momento de mi vida lo intenté, pero su forma de escribir y su narrativa
no me gustó tanto, por lo que desistí de leer uno de sus libros más famosos.
Sin embargo, quise darle una oportunidad al libro, luego de pasar por un bloqueo
lector y de que, al leer su reseña, sintiera la necesidad inmediata de
comprarlo, leerlo y reseñarlo. Y, pues, así fue.
Colombia es un país difícil, con una
realidad social, política, económica y cultural muy compleja. Yo adoro mi
tierra, pero a veces no entiendo muy bien qué es lo que pasa. Me cuesta
entender que es lo que piensan esos que agarran y se matan por una camiseta,
que cogen y matan a otro por un celular, que se piensan con el derecho de
golpear mujeres… y sobre todo, me gustaría entender que rayos sucede con esos
enfermos, esas bestias asquerosas que se creen con derecho de ultrajar,
violentar, lastimar y vulnerar a criaturas tan puras e inocentes como son los
niños.
Últimamente el país está siendo
sacudido con noticias de que niños desaparecen de sus casas, dejando a sus
familias con el corazón en la mano… y cuando aparecen, resulta que los han
maltratado, golpeado, abusado, y en el peor de los casos, los han matado. De la
misma manera, muchas veces los niños ni siquiera deben salir de sus casas para
ser víctimas de ultrajes, porque son sus mismos familiares y allegados los que
perpetúan acciones terribles en su contra.
Pero yo sé, señor lector, que usted debe
estar pensando “yo estoy aquí para leer la reseña de un libro, no para que me
digan cosas de Colombia que yo ya sé”. Tranquilo, señor lector. La razón por la
que me extendí hablando de estos temas es porque este libro está inspirado en
un drama que sacudió a Colombia por allá a finales del año 2016 (si usted es
colombiano, de seguro va a recordar el nombre de Yuliana Samboní).
Resulta, que en Bogotá ocurrió un
crimen que despertó una oleada de indignación a nivel nacional y fue también
conocido a nivel mundial. Ocurrió el domingo 4 de diciembre de 2016, cuando un
enfermo, uno de esos monstruos ególatras, decidió que tenía el derecho de ir a
uno de los barrios más pobres de la ciudad, secuestrar a una niña de 7 añitos,
maltratarla, abusarla y, posteriormente, asesinarla. Un asqueroso ¿hombre? De 38
años se creyó con el derecho de arrebatarle todo a esta nenita de 7 años y, de
paso, a toda su familia, la cual ya tenía bastante difícil su existencia.
Y bueno, justamente este crimen tan atroz
fue la ¿inspiración?... mejor digamos que fue la base de la historia que se
cuenta en el libro que hoy estoy reseñando.
El libro cuenta la historia de un
grupo de amigos. Cinco en total. Cinco personajes muy unidos, muy diferentes,
pero muy amigos, al fin y al cabo. Se conocieron en el colegio donde estudiaban,
se hicieron muy cercanos e incluso le pusieron nombre a su amistad: ellos eran
los Tutti Frutti. Y así empezamos a adentrarnos en la historia de ellos, a conocer
un poco de cada uno y a conocer las respectivas personalidades.
La verdad el libro me generó
molestias desde siempre y no por la manera en que está escrito ni nada; creo
que está tan bien hecho que desde el principio los personajes generan
conflictos. Está tan bien elaborado, que desde siempre una sabe que los 5 son de
esos asquerosos orangutanes que convierten a la mujer en nada más que un pedazo
de carne creado para satisfacer los deseos (TODOS LOS DESEOS) del hombre.
No soy fanática del feminismo, ni
tampoco me autoproclamo feminista, pero soy mujer y claramente me rayó la
cabeza encontrarme con personajes que se creen los “amos y dueños” invencibles
porque son “guapos”, tienen buen apellido y tienen dinero y una vida acomodada.
Si de solo pensar en que topármelos por
la calle me generaría conflicto, imagínese, señor lector, tener que intimar con
estos personajes, conocer sus pensamientos, aguantar sus comportamientos y sin
poder decir nada porque… tan solo soy una espectadora, una lectora más de esa
historia.
Y así, teniendo que aguantar su
fanfarronería y sus insoportables formas de ser; a través de la lectura de
todas sus historias insulsas y aburridas, llegamos al fatídico día en el que
uno de los 5 se creyó con más derecho que el resto, se sintió mas “malote” que
el resto y permitió que su bestia interna saliera a flote. Ese día en el que “el
muñeco” decidió que tenía derecho a quitarle la vida a la niña, a su familia, a
sus amigos y a todo el mundo.
No considero que haya necesidad de
repetir los hechos; estoy segura de que usted, señor lector, entiende
perfectamente lo que sucedió con la niña de la historia (aunque si no lo
entiende, puede releer el inicio de la reseña una vez más. Allí doy todo el
contexto).
Lo indignante es ver como cada uno
de los amigos de este pedazo de… ser humano, se esmera por encubrirlo y aunque
el narrador intenta hacerse el bueno, definitivamente es tan culpable como el
resto.
Ninguno tuvo su merecido, si me
preguntan a mí. Ni el castigo más terrible, aplicado a cada uno, alcanza para
pagar el crimen que cometieron y tendrán que vivir el resto de sus vidas (al
menos los que quedaron vivos aun con la culpa de lo que hicieron) lamentándose y
pagando el hecho de encubrir acciones tan atroces como las cometidas aquí.
Pero bueno… volviendo un poco al
mundo real, creo que usted señor lector, puede notar la repulsión que me generó
esta lectura. Está tan bien hecho que, aun cuando ya lo terminé y aun cuando ha
pasado algún tiempo desde que leí este libro, sigue produciendo asco y rechazo
y hasta puedo sentir como la sangre me hierve de solo pensar en esto.
Me duele pensar que la historia de
la niña del libro se repite una y otra y otra vez no solo en Colombia, sino en
todas partes del mundo.
¿De verdad piensan que las mujeres
valemos menos que ustedes? ¿Qué solo vinimos a este mundo a cumplir sus deseos
y sus órdenes? ¿Qué tienen derecho de accedernos como y cuando quieran?
Yo no tengo respuesta a esas
preguntas, pero son reflexiones que hago con base en el libro. Me parece que el
libro es bueno y que es digno de ser leído. Y por eso me tomo el tiempo de
hacer esta reseña.
En todo caso, señor lector, gracias
por leer hasta aquí. Espero que le haya gustado mi escrito y nos leemos
prontamente.
Un abrazo grande.
Ju.