“Jay
Gatsby, el caballero que reina sobre West Egg, el anfitrión de las noches sin
tregua, pero también el triunfador marcado por el trágico sino de una soledad
no pretendida, es el arquetipo de esos años veinte que se iniciaron con la
Prohibición y discurrieron en el gangsterismo y la corrupción política
organizada. Protagonista de una década que culminaría con la catástrofe de
1929, su imagen de esplendor no hace sino anunciar un drama inevitable. Triunfo
de perpetua juventud, brillantez animada por el exceso, fueron también las
constantes de la vida de Francis Scott Fitzgerald, quien nos ofrece en El gran
Gatsby una de sus obras mayores.”
No conocía al autor del libro y
no he leído ningún otro libro de él. Vi la película porque me dijeron que era
muy buena y ni siquiera sabía que esa película estaba basada en un libro.
Después me lo comentaron y tuve por mucho tiempo la intención de buscar el
libro pero siempre se me presentaba alguna cosa o algún otro libro y me
olvidaba de este.
Del autor no puedo hablarles
mucho, pero por lo que leí en la edición que compré, era un personaje muy
similar al protagonista de este libro. Buscaba fama y dinero, quería evitar
sentirse como alguna vez se sintió: “el muchacho más pobre de una escuela de
ricos” o, bueno, eso fue lo que leí.
En cuanto al libro, debo confesar
que me encantó. Es una historia de amor muy linda pero no es un libro empalagoso
ni tampoco un libro de mucho romance. Está narrado en primera persona, pero no por
el protagonista, Jay Gatsby, sino por un tercero ajeno a él, pero que termina
siendo el conector entre todos los personajes que van apareciendo.
También me gusta que, a pesar de
ser una historia de amor, no hay un final feliz. Todo termina en tragedia,
dando al lector una lección: no hay que trasladar los sucesos de una época a
otra. Las cosas podrían ponerse difíciles y terminar en tragedia.
El señor Gatsby es un millonario
extravagante que reside en West Egg y que cada sábado en la noche ofrece para
quien esté interesado fiestas por todo lo alto: frutas y alimentos frescos,
vinos y licores finos, todo de la más alta categoría. Todo el que quisiera podía
llegar a su casa y el anfitrión nunca le iba a cerrar sus puertas. Siempre este
señor fue un caballero, muy bien puesto en su sitio y muy cordial. Es más, la
cordialidad era la que regía su vida. Nunca era descortés con las personas y
trataba siempre de dar la mejor imagen de sí mismo. Sin embargo, hay momentos
en que la verdadera personalidad de nuestro protagonista sale a relucir.
El libro es corto y sencillo de
leer. Respecto de la película, está muy acorde a este y LeoDicaprio hace un
papel extraordinario (es triste que el Oscar siempre se le escape de las
manos). Se lee muy fácil y no tiene ni siquiera 200 páginas. Yo tan solo me
gasté una semana (o menos) en leerlo. Solo me demoré un poco más haciendo la
reseña por situaciones que se me salieron de las manos.
De cualquier forma, mi opinión
sobre este libro es que por algo es un clásico y es muy recomendado para
leerlo: refleja la realidad vivida en Estados Unidos en los años 20’, cuando el
sueño americano era el sueño más grande de todos; cuando la posguerra hizo que
se desarrollara todo el tema de publicidad norteamericana con el fin de atraer
a la gente y mostrar una prosperidad que tal vez o tal vez no existió.
El libro, casi al final, tiene
una cita que describe a la perfección la gente con la que nos hubiéramos encontrado
de haber vivido en esa época:
“Tom y Daisy eran criaturas desconsideradas:
hacían añicos cosas y personas y luego volvían a su dinero o a su enorme
desconsideración, o lo que fuese, que les mantenía unidos, y dejaban que otros
se encargaran de limpiar lo que ellos habían ensuciado…”
¿Que si lo
recomiendo para leer? La respuesta a eso es un rotundo SI. Sobre todo porque el
escritor en muy pocas páginas transmitió el significado real de lo que se
conoce como “los felices años 20’s”. Y todos sabemos cómo esa “felicidad” relacionada
con consumismo y capitalismo salvaje terminó: El crack de 1929.
Es un clásico
y tal vez a muchos les aburra, tal vez solo quieran ver la película y creen que
con eso es suficiente… Pero Fitzgerald quiso transmitir mucho más que una
simple historia de amor trágica: quiso transmitir una realidad social viviente
en esa época transformada en una tragedia romántica.
De este modo
termina esta reseña, diciéndole a usted, señor lector, que si gusta, lo lea y
si no, pues no lo haga. Cada quien con lo suyo.
Agradezco a usted por tomarse
el tiempo de leerme y nos leeremos en una próxima oportunidad.