“Sobre El fango negro de Auschwitz que todo
lo engulle, Fredy Hirch ha levantado en secreto una escuela. En un lugar donde
los libros están prohibidos, la joven Dita esconde bajo su vestido los frágiles
volúmenes de la biblioteca pública más pequeña, recóndita y clandestina que
haya existido nunca.
En medio del horror, Dita nos da una
maravillosa lección de coraje: no se rinde y nunca pierde las ganas de vivir
porque, incluso en ese terrible campo de exterminio, «abrir un libro es como
subirte a un tren que te lleva de vacaciones».
Del autor conozco prácticamente nada.
Es el primer libro que leo de este escritor y llegó a mis manos por un regalo
de cumpleaños. Sé, por lo que he leído y encontré en Internet, que este
escritor se ha dedicado al periodismo cultural y quiso hacer una novela con la
historia de niña que vivió los trágicos sucesos del holocausto Nazi durante la
Segunda Guerra Mundial.
Centrándome en el libro, debo
decir que es una de las historias más fuertes pero más bonitas que he leído en
todos mis “años de lectora”. Es crudo y en algunas ocasiones puede tornarse
cruel y despiadado, pero tal y como lo dice la protagonista, si hay esperanza,
hay todo.
El libro es precioso. Habla de la
vida en uno de los pabellones del campo de concentración más grande de la
historia del Holocausto ubicado en Polonia: Auschwitz. Es un pabellón familiar.
El libro es la historia de una
escuela encubierta formada por algunos personajes que viven allí y que aspiran
a que los niños no pierdan las ganas de vivir ni las fuerzas, aun cuando la
situación es extremadamente desalentadora.
El escritor nos muestra una
realidad muy triste en la que hay un montón de personas viviendo en condiciones
precarias (como solo puede vivirse en un campo de concentración nazi) e
inhumanas. Pero aun así, las mismas personas se encargan de mantener la
esperanza de que en algún momento el horror se va a terminar y van a poder
terminar de despertar de esta pesadilla.
La historia gira en torno a Edita
Alderova, una niña judía de unos 13 o 14 años que vive en el pabellón familiar pero
que, además de eso, es la encargada de cuidar la biblioteca oculta que han
logrado construir con algunos ejemplares muy viejitos y destartalados. Es un
oficio sumamente arriesgado porque donde los nazis descubran que tienen libros
ocultos o que, más allá de los libros, están educando a los niños judíos,
probablemente los manden, sin contemplaciones, a las cámaras de gas.
“Dita”, como le dicen de cariño, es
una niña sumamente arriesgada, con muchísimos pantalones, mucha verraquera y
muchas ganas de vivir.
No tengo mucho que decir del
libro, realmente me encantó. Es un libro fácil de leer, fluido y con una
historia que, en medio de todo, cuenta una historia hermosa que realmente
ocurrió.
El libro puede llegar al punto de
sacarle lágrimas al lector, porque hay escenas muy duras y shockeantes, pero al
mismo tiempo hay escenas conmovedoras y divertidas que sacan una sonrisa de
oreja a oreja. Aun así es necesario llegar al final para conocer si hubo o no
un final feliz.
En mi opinión el libro es digno
de ser leído y debo felicitar (si alguna vez el creador de esta historia) porque
hizo un trabajo espectacular con un episodio muy oscuro de la historia de la
humanidad.
Espero que quien lo lea, lo
disfrute mucho. Y que si decide leerlo, me comente qué tal le pareció.
Usted y yo, señor lector, nos
vemos en una próxima entrada.
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